La desigualdad hídrica en Chile y su impacto en la Región de Coquimbo

Por María Paz Byers (*)

El agua, fundamental para el ser humano, es además una fuente estratégica para la producción de alimentos. Chile es un país altamente vulnerable al fenómeno del cambio climático, a lo que se suma “la fuerte dependencia que tienen las principales actividades socioeconómicas del país al clima, principalmente de la disponibilidad hídrica”, según la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).

Gracias por leer Artefacto. Suscríbete al nuevo canal en Telegram y recibe todo nuestro contenido directamente en tu dispositivo.

Desde 2010, Chile enfrenta una megasequía que abarca el área comprendida entre las regiones de Coquimbo y La Araucanía. Existe un déficit de precipitaciones de aproximadamente un 25% a 30% respecto al promedio histórico. Por otra parte, la escasez hídrica —que implica que el agua disponible es menor que la demandada— se ha instalado de manera acentuada en regiones como Valparaíso.

En el contexto del estallido social, iniciado el 18 de octubre de 2019, la disponibilidad de recursos hídricos para la población se levantó como una de las demandas de la ciudadanía.

Con todo, el 7 de enero de 2020 12 senadores oficialistas votaron contra la reforma que permitiría consagrar el agua como un bien de uso público. De momento, seguirá siendo un elemento que se puede transar en el mercado.

Radiografía de los sectores productivos en la Región de Coquimbo

En Chile, el 82% del agua se utiliza en la agricultura. En contraste, un total de 1.431.162 personas —pertenecientes a 478.308 hogares— no tienen agua potable o alcantarillado, según la Casen de 2017.

Coquimbo tiene un total de 757.865 habitantes, de acuerdo con el último Censo. En la región hay 490 localidades rurales, que son las más afectadas en la falta de acceso al agua. Solo un 66% de ellas tiene conexión a la red pública de agua potable.

Por otra parte, siguiendo la tendencia nacional, la agricultura representa el mayor consumo, con un total de 27,19 m3/s anual, versus el agua potable, con 1,89 m3/s, según el Atlas de Agua, de la Dirección General de Aguas (DGA) de 2016 (ver infografía 1).

Esto tiene su explicación a partir del otorgamiento de Derechos de Aprovechamiento de Aguas (DAA) por parte de la DGA. Dicho organismo está a cargo de gestionar, verificar y difundir la disponibilidad hídrica en las cuencas chilenas y de los DDA otorgados.

“Los usuarios de agua pueden solicitar Derechos de Aprovechamiento de Aguas a la DGA, indicando el uso que le darán, las coordenadas y el caudal que requerirán. Luego, la DGA otorga un DAA a partir del agua disponible en la cuenca, respetando los ya otorgados previamente”, explica Pilar Barría Sandoval, profesora de la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza y encargada del equipo hídrico de la Universidad de Chile.

Región de Coquimbo. | ElquiVinos.cl

El alto porcentaje de DAA de la agricultura se explica luego de que en la dictadura cívico-militar se implementara el Código de Aguas de 1981, documento que concibe el agua como un bien económico.

Dicho modelo buscaba el crecimiento económico basado en actividades que tienen alta dependencia del agua, como la agricultura, la minería y la industria forestal, entre otras.

Barría precisa que “estas industrias tienen asociados DAA que se otorgaron en su gran mayoría antes del año 2000, período en que había mucha más agua en las cuencas, por lo que los derechos otorgados para agricultura corresponden a una sobreestimación del agua que hay disponible ahora en las mismas cuencas (producto de la megasequía y de las tendencias climáticas)”.

El Informe Regional de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (ODEPA, 2019) fundamenta esta información. Las áreas productivas en Coquimbo con mayor requerimiento de recursos hídricos al año son el sector agropecuario y la minería (ver infografía 1).

Respecto a la agricultura, los dos tipos de cultivos que tienen más hectáreas plantadas son la vid de mesa —uva— y el palto, seguidos en tercer y cuarto lugar por el olivo y el mandarino.

De esto se desprende que la uva usa 19.856 litros de agua al año. El palto, en tanto, usa 14.199 litros anuales y 32 mil en períodos con mayor demanda por cada árbol. Los requerimientos hídricos del cultivo del palto dependen del método de riego, el tipo de suelo, la evapotranspiración potencial y la edad del huerto.

“Con la economía de libre mercado, un privado hace lo que quiere dentro de su predio y eso es lo que no ha regulado el Estado, y por lo tanto hoy día se producen muchos abusos referentes a los repartos de agua”, denuncia el exalcalde Illapel, Denis Cortés Vargas, precisando que a nivel municipal no existe ningún instrumento para regular, por ejemplo, al sector agrícola.

Además, detalla que en este contexto “las personas que tienen cuatro o cinco acciones (de agua) no tienen ninguna posibilidad de regar. Los grandes (agricultores) arriendan y compran los derechos de agua y en los sectores donde ellos tienen mil o 1.500 hectáreas plantadas, alrededor hay pequeños propietarios que no pueden regar”.

Infografía 1 | Radiografía del consumo de agua en la Región de Coquimbo

En la Región de Coquimbo, el 80% del agua usada corresponde a la agricultura. En esta área, la vid de mesa y el palto son los frutos que consumen más recursos hídricos, seguidos en tercer y cuarto lugar por el olivo y el mandarino. | Fuentes: Desafíos del agua para la región latinoamericana (Fundación Chile, 2017); Odepa (2019).

Agua para el consumo humano

En Coquimbo, 24.260 personas se abastecen de agua para el consumo humano a través de camiones aljibe. De ese total, la mayoría se concentra en las provincias de Limarí y Choapa.

La Onemi de Coquimbo detalla que, al último trimestre de 2019, en Punitaqui el número de beneficiarios ascendía a 4.055. Le seguía Illapel (2.821), Canela (1.724), mientras que en Monte Patria y Ovalle las personas atendidas por este sistema alcanzaban a 1.580 y 1.487, respectivamente. Cada usuario recibe 50 litros al día (ver infografía 2).

Infografía 2 | Población que recibe agua en camiones aljibe

Las cifras corresponden al último trimestre de 2019. | Fuente: Onemi Región de Coquimbo.

Uno de los problemas es que escasea la infraestructura que permite abastecer a los hogares de agua potable. Las empresas sanitarias no llegan a las zonas alejadas.

El alcalde de Canela, Juan Leyton, explica que, en esta comuna “desde que se concesionó la administración de agua potable, la empresa sanitaria (Aguas del Valle) no otorga la factibilidad para urbanizar”.

“En el sector Altunhua, hay casi 100 familias que aún no tienen agua potable ni alcantarillado a pesar de estar al lado de la zona urbana, porque Aguas del Valle nunca nos dio la factibilidad para presentar proyectos de urbanización”, añade.

Las familias han migrado desde zonas rurales hasta Altunhua y, según Leyton, la empresa sanitaria asegura que no hay agua disponible para esta población.


Quizás te puede interesar.

Desterrados del agua:

la migración como consecuencia

del cambio climático.


“Entonces, el cambio climático o la falta de agua les afecta tanto a los que viven en el campo, que tienen una agricultura de subsistencia, como a los que están en los sectores más concentrados de población”, afirma el jefe comunal.

Desigualdad y vulnerabilidad hídrica

Pilar Barría, jefa del equipo hídrico de la Universidad de Chile, señala que existe un problema de desigualdad en las comunidades rurales, los sistemas de Agua Potable Rural (APR) y la pequeña agricultura de subsistencia, relacionado con la información y vulnerabilidad financiera, y que dificulta la adaptación a la disminución de agua disponible.

Precisa que, debido a la lógica en la gestión de recursos hídricos en Chile —con derechos otorgados a perpetuidad y valores fijos que no se adaptan a la disponibilidad hídrica— existe “poca flexibilidad para poder reasignar el agua hacia actividades menos lucrativas, como lo es, por ejemplo, el abastecimiento de agua de una APR”.

“El sistema de otorgamiento de derechos de agua opera con la lógica de un mercado de aguas, en el cual, el uso de esta se regula buscando eficiencia económica. Es decir, el uso que genere mayor beneficio económico, es que el tendrá el DAA. Frente a dicha lógica, la agricultura de subsistencia, o el agua potable rural, no son competitivos en el mercado”, puntualiza.

(*) Periodista. Esta investigación forma parte del reportaje transmedia «Desterrados del agua: migrantes del cambio climático en Chile», un proyecto autogestionado e independiente enfocado en visibilizar las consecuencias del cambio climático y la sequía en poblaciones rurales del norte chico de Chile, particularmente el fenómeno de la migración ambiental y la disputa por el agua entre las comunidades campesinas y los sectores productivos.

Deja un comentario

Descubre más desde Artefacto

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo