Un monumento vacío: sobre héroes, mitos y revueltas

Agencia UNO

Suscríbete al canal en Telegram y recibe todo nuestro contenido directamente en tu teléfono

A tres años del 18-O, pedimos a un fotógrafo que eligiera una imagen de su cobertura durante las protestas de 2019 y narrara el contexto que la originó. La instantánea, captada en plena Plaza de la Dignidad, es elocuente respecto al ambiente de efervescencia y esperanza que se vivía entonces. Aquí el relato.

Mil días después de la revuelta que cambió la historia reciente de Chile, el país enfrenta una coyuntura compleja y contradictoria, aunque también llena de oportunidades. «Estamos ante uno de los escenarios más fértiles en términos de participación, desilusión y expectativas políticas, uno donde todo se mezcla y se segrega en un extasiado baile de electrones», escribe una columnista.

El proceso constituyente chileno, plantea la autora de este texto, inauguró un ciclo de “escucha activa” que, si se profundiza, resultará fértil y duradero. Por eso, la propuesta de nueva Constitución asoma como un punto de partida razonable para los cambios necesarios.

“La verdadera tarea es imponer un nuevo orden, y este proceso comienza con nuevos significantes”, sostienen los autores de este ensayo filosófico, escrito al calor del triunfo de la opción apruebo en el referendo de 2020.

Muy pronto, los chilenos someterán a votación la propuesta de una nueva carta fundamental elaborada por 154 delegados electos popularmente. Pero, ¿cómo evaluar ese trabajo sin antes preguntarse sobre la forma en que las y los exconvencionales se aproximan a la realidad?

La posibilidad de renovar el marco jurídico de un país implica riesgos, pero también plantea oportunidades. En el caso chileno, la carta fundamental que se votará este 4 de septiembre propone redistribuir el poder político.

TRAZOS | Nadie es una isla #16

SONIDOS | Letras en voz alta #5