Por Daniel Galaz Collante (*)
La presente guía pretende entregar herramientas y estrategias clave para reconocer fuentes confiables de información, y a la vez interpretar reportes epidemiológicos en el contexto de la actual pandemia de covid-19. Su importancia radica en la necesidad de conocer maneras de distinguir entre información de calidad y desinformación, esto con la finalidad de alcanzar una adecuada interpretación de las noticias, informes y reportes que diariamente son entregados por los medios de comunicación.
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¿Qué entendemos por desinformación e infodemia?
1. Desinformación: se puede definir como una forma maliciosa de entregar información errónea, confusa y/o incompleta, con el objetivo de engañar y/o causar daño a una o más personas. Un ejemplo son algunas malas prácticas periodísticas, que pueden ir desde la entrega deliberada de información errónea hasta, incluso, la suplantación de entrevistados.
2. Infodemia: si bien la desinformación aumenta las desconfianzas interpersonales e institucionales, el exceso de información, también llamada infodemia, tampoco es algo positivo. Una cantidad desmedida de noticias y/o reportes sobre la pandemia actual puede acarrear problemas de salud mental para las personas, entre ellos episodios de ansiedad, depresión y/o agotamiento emocional.
Por lo anterior, se hace imperioso terminar con este ciclo comunicacional. La desinformación aumenta a un ritmo tan acelerado como lo hace la producción, publicación y distribución de cualquier otro contenido. Por ello, la infodemia también acelera la desinformación, la cual se replica a través de diversos medios tecnológicos.

¿Cómo distinguir fuentes confiables de información?
1. Revisar el contenido: ante todo, debemos preguntarnos por los intereses de quienes publican y averiguar las dinámicas que conforman el contenido, así como los actores que intervienen y la manera en que esta información se “viraliza”. Por lo tanto, debemos buscar fuentes confiables de salud pública y/o epidemiología, pero sobre todo con una perspectiva cercana y ciudadana, dado que no todas las personas poseen estudios formales sobre el tema.
2. Alfabetización Mediática e Informacional (AMI): asimismo, otra estrategia para luchar contra la desinformación se puede llevar a cabo a través de la Alfabetización Mediática e Informacional (AMI), cuyo propósito es dotar a los ciudadanos de conocimientos básicos sobre los medios de comunicación y/o los diversos dispositivos de información para que así sean las propias personas quienes puedan comprender y evaluar críticamente los contenidos que reciben a diario.
En esta misma línea, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) apoya el desarrollo de competencias sobre AMI mediante el fomento de planes de estudio, directrices, articulaciones políticas y un marco de evaluación. Además, esta institución promueve cursos en línea abiertos y gratuitos para todos aquellos que quieran orientarse y aprender.
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Fact check
En Chile es posible encontrar numerosos mecanismos y metodologías de verificación de noticias, información y datos. Un ejemplo de esto es la página web Mala Espina Check, un proyecto independiente cuyo objetivo es acabar con la desinformación, es decir, actúa como una herramienta para aclarar dudas respecto de informaciones incorrectas que pueden aparecer en internet y en las redes sociales, donde abundan las fake news o noticias falsas.
Otro medio de comunicación nacional e independiente dedicado al fact checking y el periodismo de investigación es Fast Check, único medio certificado por la International Fact Checking Network, al que se suma el trabajo de LaBot y FactChecking.cl, entre muchas otras plataformas. Todas estas páginas dedican sus esfuerzos a chequear contenidos en internet y discursos en la vida pública y privada, con el propósito de combatir la desinformación en tiempos de pandemia.
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Instituciones de prestigio
Finalmente, otro criterio para separar la información fidedigna de la falsa es revisar contenido publicado por instituciones nacionales e internacionales reconocidas por su prestigio. Alguna de las que cubren la pandemia de covid-19 son las universidades John Hopkins y de Chile, la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el Ministerio de Salud (Minsal) de Chile y el Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS), además de municipalidades, diarios oficiales, asociaciones entre el Estado y las universidades (como iCovid Chile) y organizaciones de la sociedad civil, entre ellas las fundaciones Epistemonikos, Vértice Salud y Nellie Zabel.
Resulta fundamental la revisión de los hechos y la búsqueda de solidez de las noticias. Para ello, existen múltiples mecanismos de verificación de contenido, cuñas y datos, que permiten revalidar la fuente a través de instituciones de prestigio reconocido y/o medios de comunicación abocados a desmentir noticias falsas. Asimismo, la Alfabetización Mediática e Informacional es clave, por cuanto pretende dotar de instrumentos a las personas para que sean ellas mismas quienes evalúen si la información que reciben es verídica y confiable o esconde otros intereses.

(*) Politólogo (UC), Diplomado en Política Comercial (UCh) y Diplomado en Paleontología y Patrimonio (UAZ).