Cuando niños no nos preguntábamos por qué siempre era la princesa apolínea la que tenía que ser “rescatada” por un príncipe precioso y adinerado, quien llegaba a salvarle la vida en su corcel blanco. ¿Por qué nunca era al revés?
Cuando niños no nos preguntábamos por qué siempre era la princesa apolínea la que tenía que ser “rescatada” por un príncipe precioso y adinerado, quien llegaba a salvarle la vida en su corcel blanco. ¿Por qué nunca era al revés?