
Tres años después de las manifestaciones sociales chilenas de octubre de 2019, el punto neurálgico donde tuvo lugar la revuelta luce como un signo vacío, despojado de una imagen heroica y unificadora. El orden constituido no ha logrado restablecer ahí el relato oficial previo a las protestas. El “nuevo Chile”, u orden constituyente, tampoco ha sido capaz de reemplazarlo.
Por Ángel Muñoz Lavalle (*) y Antonio Muñoz Lavalle (**) | Coedición de estilo: Camila Aliaga
Hoy, la Plaza Italia no tiene héroe. El solitario plinto que alguna vez albergó al general Baquedano se alza imposibilitado de cumplir su función: sostener una imagen que represente la República y otorgue sentido de unidad a la nación chilena. La escultura fue parte de los esfuerzos de la institucionalidad por construir una narración encarnada en el monumento de un héroe. Su ausencia es como si se hubieran arrancado las páginas de los libros de la historia oficial, cuestionando la representatividad de la identidad nacional oficialista.
Como sostiene Francisca Márquez, “la historia de la Plaza, hasta no hace mucho, es la historia de un derrotero en el cual las imágenes y monumentos institucionales se suceden en busca de la construcción de una memoria oficial e institucional centrada en los referentes propios de la historia patria”(p. 100). Por lo tanto, el vacío que deja Baquedano representa la imposibilidad de que otra figura, de igual magnitud, la reemplace para tomar su lugar como parte importante del mito de la nación.
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Baquedano no solo es parte de la oficialidad nacional, sino que comparte un espacio simbólico con héroes patrios como José Miguel Carrera, Manuel Rodríguez, Bernardo O’Higgins y Arturo Prat, entre otros. Conforma un “panteón” de personajes trascendentes. Al rescatar el proceso de independencia y las victorias militares, estas figuras son parte de una narración construida para dar sentido y organización al país.
Ante esto, es necesario destacar las palabras de Carlos García Gual en Introducción a la mitología griega. A lo largo de la historia humana, dice, se ha “visto en el mito una forma de representar la realidad, un molde imaginario de comprender y dar sentido a la situación y actuación del hombre en este mundo comprensible y domesticado gracias a los mitos” (pp. 18-9). Entonces, podríamos decir que tanto las narraciones como los mitos y sus héroes, estructuran nuestra concepción y sentimiento de arraigo como nación. También nos hablan de lo que sucedió al momento de nuestra fundación y de aquellos hitos importantes que dieron forma a nuestro país.
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Octubre
En 2019, el malestar acumulado a lo largo de los años se expresó como una avalancha de manifestaciones y revueltas en el estallido social chileno. La ciudadanía se movilizó por las injusticias en el sistema de salud, las pensiones, la educación, las zonas de sacrificio, las colusiones y las promesas de prosperidad no cumplidas: en síntesis, por la desigualdad arraigada en lo más profundo del país. Asimismo, se cuestionó la construcción histórica y simbólica de la nación a través de la intervención, modificación o destrucción de monumentos como el de Baquedano.
María Eugenia Ruiz y Lily Jiménez señalan que los monumentos en el espacio público reclaman respeto y distancia, pues poseen un valor histórico y apreciativo, pero que “en otras ocasiones, tal presencia puede ser en cambio fuertemente percibida y rechazada como un símbolo de órdenes políticos y religiosos devaluados o de autoridades caídas en desgracia, siendo por ello la destrucción de monumentos e imágenes una acción usual dentro de formas de protesta o revueltas sociales”(p. 125).
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Por otro lado, en el fragor de la protesta social nacieron los “héroes de la revuelta”, que encarnaban lo que estaba sucediendo. Entre ellos podemos destacar a Pareman, El Sensual Spiderman, Nalcaman y la Tía Pikachu, la mayoría representantes de la cultura pop combinados con la realidad nacional. Su presencia en las calles eclipsó y en alguna medida reemplazó a los héroes de los monumentos, pues todo aquello que encarnaban los viejos adalides estaba siendo cuestionado.
Múltiples y fugaces
En el contexto del estallido social, todo protestante encapuchado tuvo cierta impronta de superhéroe. Esto no solo se debió a su valentía al enfrentar a la policía, sino también a una particularidad: el rostro cubierto. Comparten una característica distintiva con los superhéroes, dado que la capucha permite impunidad ante el ejercicio de la violencia. En relación a esto, y haciendo una analogía con Batman, uno de los superhéroes enmascarados más emblemáticos, Jesús Ramos plantea sobre este último: “Se oculta bajo la máscara, porque así puede actuar con impunidad y sin las ataduras de lo normativo, del orden social. Representa ese lado oscuro que el género humano lleva dentro lleno de violencia, de bajas pasiones, de sed de venganza y desafío a las normas”(pp. 96-7).
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Los encapuchados aparecían y desaparecían velozmente. Eran múltiples, pues existía la potencialidad de que cualquier persona pudiera estar bajo la capucha, encarnando a todos y a ninguno a la vez. También eran fugaces: se multiplicaban y desvanecían durante el lapso de una protesta. Su mayor característica, la capucha, les permitió ocultar su identidad y enfrentarse a la policía. Al respecto, Paula Dittborn escribe: “la urgencia de ocultar el rostro por parte de los manifestantes, […] se debe haber intensificado en el último tiempo. […] En este sentido, la mirada de la que están tratando de protegerse a través del uso de la indumentaria no es otra sino la de las fuerzas de control del Estado”(p. 154).
A pesar de la intensidad de las protestas y de la cobertura mediática a nivel nacional e internacional, los héroes del estallido social comenzaron a menguar. Fieles a la época y a su sentido práctico orientado a la protesta, muy pocos pudieron perdurar más allá del estallido social. Podríamos decir que fueron fugaces como lo son las redes sociales. Perdieron su impronta y peso simbólico, pues “estaban a un tiktok de distancia”. Los pocos que sobrevivieron y se atrevieron a pasar de la calle a la Convención perdieron toda posibilidad de ocupar un espacio de importancia al fracasar el proceso constituyente.
Limbo
Todo mito es una construcción, una narración con tintes de realidad que busca unificar, ordenar y otorgar sentido. En ellos habitan los héroes, los elegidos como destacados, únicos hacedores de grandes proezas. Sin embargo, solo algunos pueden trascender y ocupar un espacio sobre un plinto en el panteón. La narración de un nuevo Chile que se gestó en el estallido social, y que luego derivó en la Convención Constituyente, fracasó en la generación de un relato épico que diera pie a un mito unificador.
Hoy, la Plaza Italia no tiene héroe. La ausencia de Baquedano representa el momento actual. El mito de la República fue cuestionado por la revuelta y sus héroes, pero estos fueron fugaces, como la cultura pop, y el fallo de la Convención aseguró la desaparición de quienes habían sobrevivido. Chile no puede recurrir a su mito antiguo, pues carece de sentido actual. Tampoco pudo generar un mito nuevo que cobijara a sus héroes recientes.
Bibliografía
Dittborn, P. “Vestir las demandas, portar las ideologías”. En L. de Vivanco y M. Johansson. Instantáneas en la marcha. Repertorio cultural de las movilizaciones en Chile. Santiago: Ediciones Universidad Alberto Hurtado, 2021. Pp. 151-59.
Gual, G. C. Introducción a la mitología griega. Madrid: Alianza, 2020.
Márquez, F. “De la plaza a la Kancha”. En L. de Vivanco y M. Johansson. Instantáneas en la marcha. Repertorio cultural de las movilizaciones en Chile. Santiago: Ediciones Universidad Alberto Hurtado, 2021. Pp. 99-107.
Ramos, J. “Batman visto por un psiquiatra”. Edición electrónica, 2006.
Ruiz, M. y L. Jiménez. “Re-sentir los monumentos: iconoclasia y apropiación de la escultura pública”. En L. de Vivanco y M. Johansson. Instantáneas en la marcha: Repertorio cultural de las movilizaciones en Chile. Santiago: Ediciones Universidad Alberto Hurtado, 2021. Pp. 125-33.
(*) Psicólogo y Bachiller en Humanidades (UAH). Desde joven ha estado interesado en el arte, la filosofía y la historia. Comparte con su hermano el gusto por los cómics.
(**) Licenciado en Teoría e Historia del Arte y Bachiller en Humanidades (UAH). El mundo de los cómics ha formado parte de su vida desde pequeño. Comparte con su hermano el gusto por este arte.